La Gripe y la salud auditiva
El oído es uno de los órganos más sensibles, y tampoco se libra de los estragos de las bajas temperaturas.
La temida gripe, que muchos de nosotros solemos pillar en estas fechas también puede perjudicar a tu audición.
Si has estado enfermo y notas que se te han taponado los oídos y que ha disminuido tu capacidad auditiva puede deberse a distintas causas, las más comunes son la gripe o la sinusitis. Es un problema que puede afectar a adultos y niños pero es más frecuente en niños pequeños debido a la congestión nasal.
No cabe duda que si nos topamos con la gripe, podemos encontrarnos ante un caso de pérdida auditiva. De por sí la pérdida de audición resulta incómoda, y sumado al malestar general que produce la gripe se convierte en una situación desagradable para el propio paciente.
La continua secreción mucosa provocada por esta afección puede causarnos problemas en la audición cuando el exceso de moco se aloja en la nariz y llega al conducto auditivo. Este viaje nos impide oír correctamente y se traduce en una pérdida de audición y de sensación de oídos taponados.
Hay que tener mucho cuidado y sonarse la nariz de manera correcta. Si lo hacemos con mucha fuerza puede causar daños en el oído debido a la presión; y si además la persona padece de sinusitis resulta aún más molesto porque esa presión envía al moco al interior de los senos paranasales.
Esta afección también ocasiona ruidos molestos como siseos, rugidos, chasquidos, o zumbidos. Según las investigaciones quienes padecen sinusitis tienen un 35% más posibilidades de desarrollar tinnitus, ese molesto pitido en el oido.
Si bien es cierto que el tinnitus se considera un síntoma y no una enfermedad, es importante conocer su causa, especialmente si es somático por tensión o por infección de los senos como es el caso de la sinusitis, la cual una vez curada, también debería desaparecer los ruidos o zumbidos en los oídos.
Para prevenirlo se recomienda no exponerse a ruidos fuertes ya sea alejándose o bajando el volumen, usar tapones, protectores u orejeras en caso de que la causa sea externa.